Conversaba hace poco con un Gerente de una Compañía Minera de nuestro Norte chileno, a propósito de una invitación que me hizo Edgardo Vogel, a participar con una charla acerca de “las claves para vivir una vida extraordinaria” en el MCA de la Estación Mapocho este Sábado 5 de Septiembre. La mirada de mi amigo directivo era más bien crítica respecto de este tipo de Eventos y su apresurada conclusión era que estas eventos son “muy volados” y más bien “huelen a incienso” y finalmente poco aportan a la tan urgente necesidad de mayor productividad en nuestras compañías.
Su opinión no es solitaria y en realidad, son muchos los que piensan que todo lo que huela a “tecnología blanda” o a “espiritualidad organizacional” es sencillamente iluso, improductivo e innecesario.
Gran parte de la responsabilidad de estos juicios la tenemos quienes nos hemos dedicado con mayor o menor efectividad a trabajar estos temas en las organizaciones en donde después de un taller, las personas salen más entusiasmadas pero la “realidad de la rutina” los lleva de vuelta a la desesperanza, a las quejas, al desanimo y a las frustraciones.
Cuando diseñe el modelo de las Personas Extraordinarias PEM®, lo hice pensando en como desatar los potenciales a veces dormidos por mucho tiempo, en ejecutivos, supervisores y trabajadores en general para llevar a sus organizaciones y sus vidas personales a niveles “Word class”. De hecho nuestros modelos de mejora en organizaciones, siempre se enfocan en tres dimensiones: los procesos, los datos duros (mediciones cada vez que sea posible) y … las personas.
La observación en personas que logran vivir vidas extraordinarias, nos muestra cada vez con mayor fuerza, un sano balance entre la vida laboral y la personal, alta efectividad personal en ambos mundos y por lo tanto, estados de ánimo de optimismo y positivismo en todos los ámbito de sus vidas.
Efectivamente, son las personas las que en las organizaciones “hacen que las cosas pasen”, las que permiten ahorros insospechados cuando disminuyen sus fugas de productividad, cuando conversan con precisión, cuando alinean sus focos estratégicos con lo que hacen, y cuando se sienten entusiasmados y felices. Es por esto que medir el impacto de las intervenciones en personas tienen en los resultados, es crucial para desmitificar aquello de que las tecnologías blandas son solo un ejercicio de entretención. Por otra parte, son las personas las que construyen relaciones familiares intensas, comunicación estrecha con los hijos y positivismo para enfrentar los avatares a los cuales la vida cotidiana nos enfrenta.
Por lo tanto, estar en un Festival como el MCA (Mente, Cuerpo y Alma ), lo entiendo como una tremenda posibilidad para entregar el mensaje de que es posible conciliar el mundo laboral y el plano personal, que el estar bien en un ámbito impacta en el otro y el “ser espiritual” no es incompatible con el ser efectivo y productivo para cumplir con mis objetivos laborales. En definitiva, la distinción entre vida laboral y personal, es solo una distinción de lenguaje; la vida es una sola.
Esta conversación fue desafiante para mi pues, incrementó mi entusiasmo por estar en este Festival y de hecho, invité a mi amigo a visitar el evento a escucharme y a recibir, sin juicios y mente abierta, los mensajes de los diferentes expositores que se juntan en un evento inédito en Chile, un verdadero festival para el alma (ánimo), en donde de verdad, espero ser un aporte útil para los que asistan.
Aprovecho de extender la invitación a cada uno de ustedes, pues, por un costo más que razonable, tendrán acceso a múltiples conferencias de diversos expositores que nos invitan a vivir en una consciencia distinta en un lugar y tiempo en que tanto se necesita. La información en www.mcafestival.cl
Que tengan una primaveral semana que la tibieza de la estación impacte también nuestros corazones.