Expositores plantearon que cada uno es responsable de la realidad que vive
2/09/2013
Humberto Maturana y Ximena DávilaTodo cambio cultural pasa por un cambio individual. Éste fue el mensaje central de la exposición de los fundadores de la Escuela Matríztica de Santiago, Dr. Humberto Maturana y Ximena Dávila, además de Óscar Cáceres, presidente de la consultora Homónima y experto en Programación Neurolingüística (PNL), quienes fueron los principales oradores del Seminario de Transformaciones Culturales en una Época de Grandes Cambios.
La jornada se realizó el jueves pasado y fue organizada por los estudiantes de cuarto año de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad de Playa Ancha y el Club Socio-Cultural y Deportivo CREA. El objetivo fue promover el desarrollo educativo y el movimiento social en la Región de Valparaíso, así como también contribuir a fortalecer la formación cultural reflexiva de los estudiantes y de quienes se desempeñan en las distintas áreas del saber.
Jorge Otto, uno de los organizadores del encuentro, destacó que este seminario fue una gran experiencia de gestión, que enriqueció su formación como profesionales. “Sentimos que se han perdido los espacios de conversación y reflexión, por lo tanto, esta realidad nos motivó a embarcarnos en esta tarea que fue titánica, pero muy gratificante”, dijo Otto.
MENSAJE CENTRAL
“No hay cambios culturales de masas, pues todo parte de los deseos que cada persona tiene dentro de la organización. Sin embargo, antes es necesario tomar conciencia de la propia realidad para determinar qué es lo que se quiere mantener.»
“Vivimos en el malestar como un modo natural de vivir. Estamos convencidos de que las cosas deben lograrse con esfuerzo, sacrificio y que hay que trabajar muy duro para conseguir lo que se quiere. Algo así como vivir con vocación de sufriente, y eso no tiene por qué ser así. Entenderlo es fundamental”, dijo Ximena Dávila, quien agregó que si hay algo que no nos acomoda, debemos implementar acciones para sentirnos bien.
Humberto Maturana complementó esta idea al sostener que era fundamental definir qué se quiere conservar, pues todo el resto cambiará en torno a lo que se mantiene. Esta idea es válida a nivel de la familia, el trabajo, y cualquier organización a la que pertenezcamos.
“A veces nos quejamos, porque no queremos estar donde estamos, y seguimos allí, porque estamos conservando algo. Entonces, cuando nos damos cuenta de qué es lo que estamos conservando, desaparece la queja y cambia la perspectiva emocional”, explicó Ximena Dávila.
Óscar Cáceres, otro de los expositores del encuentro, sostuvo que este tipo de jornadas abre la puerta a otros paradigmas y conocimientos en temas de transformación. “Es muy útil que los futuros profesionales cuenten con estos espacios, pues los sensibiliza, los saca de los moldes estructurados y los abre a una realidad que está en permanente cambio”, dijo Cáceres, quien concluyó que la realidad y el mundo que vivimos lo construye cada persona.
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