Los equipos directivos se pueden comparar con un arco tensionado apuntando hacia un objetivo.
La tensión corresponde a la energía entregada por cada miembro del equipo para el logro de objetivos y la dirección tiene que ver con la claridad con que el equipo construye sus objetivos y desencadena tareas para el logro de estos.
La tensión del arco es el equivalente a la tensión emocional que se traduce en mayor o menor conectividad finalmente y la dirección tiene que ver con la precisión con la que el líder y su equipo han definido sus visiones.
Cuando el equipo tiene claridad precisa respecto de lo que debe lograr pero falta la energía y la entrega emocional de los miembros, la tensión emocional disminuye y aunque los objetivos estén perfectamente delineados, la flecha no tendrá la fuerza suficiente para alcanzar los propósitos.
Cuando existe mucha energía y entrega emocional de los miembros pero la dirección no tiene precisión, la fuerza del disparo será la adecuada pero el equipo llegará a cualquier parte menos al lugar que la organización necesita.
Tenemos entonces una matriz que define los cuatros tipos de equipos en función de estas variables:
Los equipos sin alma, son aquellos que tienen claro su norte pero, no tienen la energía ni la motivación para tomar acción. Las conversaciones de coordinación son ineficaces y la moral del equipo es baja. No hay resultados a pesar de tener planes perfectamente diseñados. El engagement es bajo y el rendimiento es de bajo estándar.
Los equipos de bajo rendimiento, no son equipo. Carecen de planes conocidos por todos, hay ausencia de liderazgo y la moral del equipo es muy baja. Este tipo de equipos languidece y pueden eventualmente morir en sus rutinas improductivas.
Los equipos peligrosos tienen mucha energía pero, carecen de planes nítidos y de visiones claras. Pueden generar resultados peligrosamente insospechados y perder foco rápidamente. Hay dispersión y caos.
Los equipos de alto rendimiento tienen alta conectividad y energía, un sólido liderazgo y sus visiones y planes estratégicos son nítidos y conocidos por todos. Las tareas que se realizan “pegan” a los planes dibujados y hay entusiasmo y motivación-