Desde hace algunas semanas he puesto mi foco en contactar a personas que, a propósito de algún taller con nosotros o de intensas sesiones de coaching, lograron dibujar en sus mentes alguna Visión poderosa para cada uno, la trasformaron en objetivo poniendo una fecha y al cabo del paso inexorable del tiempo, lograron sus propósitos. Los ejemplos son muchísimos y aquí mismo en este artículo, les entregamos uno de esos testimonios.
Personas que querían lograr una mejor calidad de vida, aspirar a posiciones ejecutivas, generar mayores ingresos, comprarse aquella casa de sus sueños o sencillamente, personas que querían experimentar la incomparable sensación de saber que las únicas limitantes están en nuestra propias mentes; saborear esa especie de certeza de que todo es posible.
Mis conversaciones con ellos se centraron en descubrir que era aquello que les pasaba en sus mentes y corazones para dar el salto. Me impresiono en casi todos los casos escuchar que el denominador común era el Temor. Miedos a veces incomprensibles que se aparecían como un verdadero abismo incontrolable que les aferraba a sus propios status quo y les impedía “dar el salto”.
Creencias limitantes con respecto a lo que somos y a nuestras capacidades, temor a la pérdida, a salir de las zonas de confort y programaciones mentales, emocionales e incluso corporales que nos atan a nuestros viejos hábitos y costumbres. La naturaleza expansiva de nuestra vida nos hace estar permanentemente en esa brecha. Aunque parezca que ya hemos alcanzado lo que queríamos, siempre habrá una brecha con aquello que queremos ser, que nos merecemos ser pero que no nos atrevemos a lograr.
Se avecina la última parte del año y quizás, es una buena época para revisar esos abismos, y plantearnos algo poderoso para lograr en lo queda del período y… dar el paso. Tu mismo te lo agradecerás, en aquella parte del tiempo que llamamos Futuro.
“Personas Extraordinarias, Personas con estándares diferentes”