Hoy vivimos un ambiente futbolero y es casi imposible desentenderse de la magia que provoca esta pasión de multitudes. Para quienes estamos en nuestra vida profesional, conectando equipos y formando líderes, nos cuesta mirar fenómenos como el de nuestra selección o la de España o Inglaterra sin dejar de lado la dimensión humana presente en el desempeño de estos equipos.
Me refiero específicamente al llamado “estado de ánimo” o estado del alma. Common mood o team spirit, es una forma de estar y de sentir en un grupo humano que lo potencia o disminuye como equipo competitivo. El estado de ánimo es mas permanente que las meras emociones; estas últimas son reacciones de corta duración y que no necesariamente permanecen en el estado colectivo de un equipo. El estado de ánimo colectivo, define la performance de un equipo pues puede activar o deprimir la energía con la que un equipo opera, sea esto en el fútbol o en nuestras organizaciones.
Cuando uno observa el rendimiento de selecciones como la nuestra, sin duda uno puede leer la presencia de un estado de ánimo eufórico, empoderador y aparentemente blindado frente a los consabidos juicios de los medios de comunicación y opinólogos decadentes insinuando que “hay que ser realistas”.
Hoy sin duda existe un estado de ánimo de efervescencia, opuesto al que se observó en la selección de España y que ha instalado sutilmente un sueño bajo el liderazgo innegable de un Sánchez o un Vidal: “hemos venido a ser campeones del mundo”. Resulta notable la equilibrada respuesta de los muchachos frente a la exacerbada pregunta de los medios:
– ¿esto es una hazaña..?,
– “es solamente un objetivo cumplido en el camino de lograr nuestro propósito”.
Notable lección de convicción que marca la diferencia entre los equipos conectados y en resonancia versus aquellos que sucumben ante la baja vibración de la energía negativa que quiéralo o no, impacta finalmente en nuestros resultados; ese fue el caso de España que, a pesar de el innegable talento individual, no se generó conectividad.
Hoy escribo este post en la tranquila mañana sabatina, imaginando que será leído por ustedes el día en que juguemos con Holanda. Creo que este team spirit nos hará vivir nuevamente una jornada inspirada por la potente visión de algunos de levantar la simbólica copa que marca el logro de un sueño cumplido en un grupo de jóvenes conducido por un coach técnico y liderado por quienes son referentes de talento, energía y positivismo.