Aún tengo en mi mente las imágenes y siento en mi cuerpo las intensas sensaciones vividas a propósito de nuestro último Mastery (Maestría) que me mantuvo junto a 20 almas sedientas de crecimiento personal durante tres días en un acogedor hotel de la zona de Providencia en Santiago. Personas provenientes de USA, de diferentes partes de Latinoamérica y de Temuco, Antofagasta y Santiago de Chile, abrieron sus mentes y corazones para descubrir con la inocencia de un niño, los patrones que conducen a las personas a tener una vida marcada por la Excelencia.
Tres intensos días viajando por el mágico mundo de nuestras creencias, del lenguaje y la forma en que este configura nuestros propios mundos y finalmente, por la ruta de los mejores. La ruta marcada por aquellos patrones que han sido transversales en todos aquellos que han logrado trascender, en sus carreras, en sus emprendimientos, en sus finanzas o simplemente, en sus vidas familiares. Una jornada de descubrimiento de las rutinas y hábitos de aquellos que denominamos extraordinarios, derribando con fuerza inusitada la estéril creencia de que ser legendario es cuestión de talento e inteligencia y abriéndose a la posibilidad de trascender al espacio de los mejores.
Rindo un homenaje en este post a todos quienes me acompañaron. A quienes tomaron la decisión de dedicar tres días de su vida para su crecimiento; parando el piloto automático y preguntándose de verdad si la vida que tenían era realmente la que deseaban para ellos en el futuro.
Reconozco en la mayor parte de los casos, la decisión de invertir de manera personal en este training, sin la necesidad de que “la empresa lo pague”. Es un acto de decisión que denota la real valoración que cada uno de ellos tiene por su vida, desmarcándose por lo tanto del promedio, de aquellos que sienten que esto es una pérdida de tiempo, un gasto inútil o simplemente no les interesa… porque no se valoran o porque sienten un tremendo temor inconsciente a enfrentar sus propios demonios que acechan permanentemente para impedir la salida las zonas de confort.
Destaco la apertura en cada instante para opinar, discrepar, experimentar aprendizaje y finalmente generar las transformaciones que cada uno definió para su vida.
Agradezco a nuestra amiga Eli de Caso por su potente testimonio de vida al igual que a mi amigo Edmundo Hoffens quien, desde los Estados Unidos se tomo el tiempo para estar con nosotros, aprender y entregarnos también su vivo testimonio de cómo, aplicando lo aprendido hace ya más de 20 años, hoy mira su historia y recuerda que cada evento logrado, cada situación vivida y cada sueño cumplido fue previamente vivido en su mente.
Un abrazo de Luz a todas las personas extraordinarias que iniciaron su tránsito de Maestría y, a quienes que por alguna razón decidieron no estar con nosotros en esta ocasión, los esperamos en nuestro Mastery Invierno 2015 para que se sumen a la notable comunidad de personas extraordinarias que crece cada día con más fuerza.