Seguramente has vivido la experiencia en algún momento de tu vida, de convivir con personas que han literalmente “succionado” tu energía y han logrado dejarte en un estado de apatía y desanimo que ha deterioro de manera relevante en ese instante, tu calidad de vida. Quizás la realidad es más cruda y el permanente contacto con este tipo de personas, ha generado un impacto negativo del cual a veces, cuesta encontrar una salida.
Se trata de las personas supresivas. Aquel tipo de seres humanos que por alguna razón consciente o inconsciente, se encargan de bajar tu “tono emocional”, de aplastarte psicológicamente o deliberadamente destruirte.
Son las personas que son violentas contigo (y no me refiero a la violencia explicita necesariamente), aquellas personas que te “bajan los alerones” cuando de compartir un proyecto se trata o de definitivamente, de manera deliberada, hacerte sentir inferior.
¡Te suena familiar?
¡Como darte cuenta de la presencia de personas supresivas en tu entorno familiar, de amigos o en tu trabajo? He aquí algunas señales:
Estas personas se comunican desde un espacio de superioridad, exhibiendo no pocas veces, un expertise que no poseen. Expresiones tales como “esto no es para ti” o “no sabes en lo que esta metiendo” o “¿conoces realmente a esta persona?”
Estas expresiones normalmente usadas por los supresivos, impactan finalmente en tu emocionalidad y en cómo te va en la vida.
Los supresivos manifiestan cambios de humor repentinos y por lo tanto, ambientes de incertidumbre respecto de cómo actuar o que decir. Comienzas a sopesar cada palabra que dices para evitar sus cambios de humor.
Son sarcásticos a veces, utilizan el humor negro para denostarte. Son violentos sutiles, no te saludan, no te escuchan, o te denostan en público. Golpean objetos, como por ejemplo una mesa, dan portazos, etc. Te adulan un día y al otro día te consideran lo peor. Son literalmente “desgastadores” de tu energía vital, verdaderos vampiros emocionales.
Si están cerca de algunas de estas personas, tienes dos posibilidades; te alejas deliberadamente de ellas, cortas relaciones o, aprende con entrenamiento a lidiar con sus acciones, literalmente bloqueándote mentalmente para que vampirismo no te afecte.
Recuerda siempre la máxima “no es lo que tal o cual persona me dice o hace lo que me afecta; lo que me afecta es el como yo respondo a lo que me dice o hace.” Que tengan una semana extraordinaria.
Oscar Cáceres
Tu Coach