Muchas veces, a pesar de tener claridad con respecto a nuestros objetivos más preciados, y declarar año tras año “esta vez si lo lograré”, quedamos inmovilizados frente a esas fuerzas misteriosas que nos hacen permanecer en nuestras zonas de confort.
Es el poderoso pero irracional temor a la pérdida. Inconscientemente tenemos la idea de que atrevernos a avanzar para lograr nuestros sueños implica salir de un lugar conocido y perder todo aquello que habita en esa zona.
La verdad es que cada vez que nos internamos en terrenos desconocidos para explorar nuevos desafíos, no cambiamos algo antiguo por algo nuevo sino que, desde lo conocido extendemos nuestras posibilidades hacia nuevas alternativas.
No perdemos nada de lo anterior sino que, desde lo conocido, extendemos nuestra experiencia hacia nuevas áreas de posibilidades. No es un cambio al algo antiguo por algo nuevo, es extender nuestro aprendizaje desde lo conocido, es desarrollo en un más amplio sentido, es la verdadera transformación. Entender esto y practicarlo requiere de coraje y decisión. Coraje para transformar ese temor en una energía útil y decisión para moverse en lo invisible con la convicción del caminar certero