Una compañía chilena me había solicitado conducir un taller de equipo para un grupo de directivos de primera línea. La actividad había sido solicitada por el Gerente General quien, percibía un deterioro en la conectividad del grupo, una perdida de foco en las cuestiones relevantes de la gestión de ese grupo y una cierta indolencia frente a los incumplimientos que desde hace un tiempo, eran el escenario ideal para la elaboración de excusas que lograban explicar lo inexplicable. Ya el gerente me había advertido que dada la historia de éxito que el equipo mostraba hasta hacia algunos meses, los personajes solían ser un poco “arrogantes” frente a este tipo de talleres pues, ellos “se lo sabían todo”. “No es un grupo fácil” me sentenciaba el directivo.
El salón cómodo para la actividad, se llenaba de una tensión particular en el momento en que los participantes ingresaban y se acomodaban en las mesas que estaban dispuestas para la ocasión.
Después de presentarme y contarles del sentido del taller, les pregunté respecto de sus expectativas. Las respuestas no se hicieron esperar, todas ellas acompañadas de una comunicación no verbal de desaprobación y desprecio por la actividad que iniciábamos. Reproduzco acá algunos comentarios:
– La verdad es que no tengo expectativa alguna y me costará mucho desconectarme del trabajo que es muchísimo. En realidad preferiría no estar acá, pero bueno…
– Estos temas ya los hemos revisado varias veces y en realidad creo que es mas de lo mismo. Ojala que por lo menos sea entretenido
– Mi expectativa es que pase luego el tiempo para poder enfocarme en lo que realmente importa
Créanme que después de trabajar mas de 25 años con este tipo de grupos y para compañías que anidan este tipo de personas, estas expresiones me parecen incluso normales. Los escuché y les pedí que hicieran grupos de 3 personas y respondieran las siguientes preguntas:
– Si estos temas los hemos visto varias veces y esto será “mas de lo mismo”, ¿Cuánto de lo que he “visto” en estos cursos he logrado aplicar, en mi trabajo con mi equipo e incluso en mi vida personal?
– ¿He venido a esta actividad a abrir mi mente y explorar posibilidades o a defender mis creencias?
– ¿He venido a esta actividad a crecer como ser humano o solo a defenderme frente al miedo oculto a la perdida (perdida de status, de reconocimiento o mi trabajo)?
– ¿Estoy dispuesto a hacerme cargo de mi cambio personal para transformar los resultados, o mi estrategia será como siempre decir que “el facilitador no era tan efectivo ni el curso tan poderoso”?
– ¿Estoy dispuesto por lo tanto a asumir que el cambio en mi persona y en los resultados del equipo dependen exclusivamente de mi, y que para ello abriré mi mente y mi corazón a mi propia transformación?
Este Jueves iniciamos nuestro poderoso EPM Mastery el cual, a diferencia de otros trainings, las personas que asisten van porque esta ávidos de cambiar sus vidas y ahí, no es tan relevante realizar estas preguntas aunque sean siempre útiles. La diferencia en nuestro Mastery es que no hay arrogancia, no hay desprecio ni defensa de las creencias. Hay honestidad y deseos genuinos de convertirse en un persona extraordinaria y en realidad, esa es la invitación que deseo extender en este artículo. Nunca hagan descansar la responsabilidad de vuestra transformación personal en un facilitador o Coach. Nosotros solo mostramos el camino, abrimos posibilidades pero la decisión de cambiar siempre será tuya y de nadie mas.
Escribo estas líneas pensando en la magia de los días venideros cuando, almas sedientas de una vida mejor, nos juntemos en torno a la posibilidad real de lograr nuestros sueños de ser personas felices y plenas. La invitación es para este 26, 27 y 28 de Mayo en un hermoso centro de Eventos de la Comuna de Providencia.
Y por supuesto, esta semana en Vida Top a las 12:00 horas y en Conversando en Positivo a las 18:00 horas, estaremos con un gran tema “Un curso de Milagros”
Buena Fortuna!