Hace algunos días en el descanso de un seminario, una señora se quedo observando la foto de un paisaje que se proyectaba en el telón. La mujer parecía encantada con aquella fotografía y en mi curiosidad le pregunte que le parecía la imagen, me respondió que estaba realmente obnubilada por tanta belleza; acto seguido me preguntó si yo opinaba lo mismo y le respondí que sí, que era una bella fotografía; me miró con cara de sorpresa y me dijo que no era una fotografía, que era real y que era capaz de sentir el aroma del paisaje y es más, me invitó a pasear en el.
Mi primer reacción fue pensar que esta señora estaba un tanto desquiciada e incluso me cuestioné de que estuviese atendiendo un seminario que trataba justamente de nuestros procesos mentales. En una segunda reflexión, me di cuenta de la locura colectiva en la cuan estamos todos los seres humanos porque, lo que esta señora hacía era lo mismo que hacemos todos nosotros cuando observamos eso que llamamos la realidad.
Efectivamente, nuestros cerebro funciona de una manera similar a aquel proyector que lanzaba una imagen que esta señora pensaba que era real. La diferencia estriba en que nuestro cerebro genera esta imagen con una tecnología muy superior: la genera en 3D con una nitidez inigualable, con sensaciones táctiles y olfativas lo que hace que la imagen aparezca “muy real” pero en realidad, sigue siendo una proyección de nuestra mente.
Si asumimos que lo anterior es cierto, podemos deducir entonces que todas las personas, todas las situaciones, circunstancias, dificultades y obstáculos, se originan en nuestra mente y no fuera, en aquello que llamamos “la realidad objetiva”. Por lo tanto, cualquier esfuerzo por resolver nuestras dificultades en la vida debiera devenir siempre en mirarnos internamente, observarnos en nuestras creencias y paradigmas en fin, en poner nuestro foco mental en la forma en que nuestra mente configura la realidad y no fuera, en donde creemos que está el origen de todo lo que nos ocurre.
Pareciera ser que el origen de toda esta locura esta en nuestra creencias primales que nos hacen entender que la realidad esta fuera de nosotros y además, que es objetiva, sin percatarnos en ninguna forma de que somos presa de una de las creencias originarias del ser humano que nos aprisiona en una verdadera cárcel ilusoria al hacernos pensar, que las personas, las circunstancias y las situaciones de la vida son los responsables de nuestro sufrimiento.
No nos atrevemos a cambiar tales creencias por un temor oculto a darnos cuenta de que de la vida y de nosotros mismos sabemos nada. Nuestro miedo, nuestro sufrimiento y nuestra rabia las proyectamos en los demás y es por eso que las personas y las situaciones de la vida, no son mas que un espejo de nuestras propias sombras.
Si quisiéramos ver aquellas áreas obscuras de nuestra intrincada mente, solo debemos prestar atención a las personas que se nos aparecen en nuestra vida y que nos develan con las mas absoluta crudeza, nuestros propios demonios
Les invito a la autoexploración honesta pues, es el primer paso de cualquier proceso de sanación emocional que dado nuestro intrincado sistema de creencias, hemos aprendido a no mirar.
Nuestro EPM MASTERY es una espléndida oportunidad para iniciar este proceso de auto conocimiento. Noviembre 19, 20 y 21 en Santiago de Chile
Feliz semana para todos con profundo afecto y gratitud