Mucha gente se pregunta por que a pesar de tener la claridad y la convicción de lo relevante que pueda significar para nuestras vidas lograr algún propósito, nos cuesta tanto. Los ejemplos son múltiples y diversos; desde bajar de peso, pasando por iniciar una rutina de ejercicios, levantarse temprano a meditar o simplemente, leer aquel libro que algún momento compramos con tanto entusiasmo.
Lo que ocurre es que para lograr algún objetivo o propósito, es necesario comenzar a realizar cosas que nunca antes habíamos hecho y, en la mayor parte de los casos, transformar aquello nuevo por hacer en nuevo hábito. La razón nos indica que basta un poco de Fuerza de Voluntad para tener éxito en nuestro cometido pero la verdad, es que la mayor parte de las veces, degustamos el amargo sabor del fracaso porque sencillamente, no tuvimos la fuerza de voluntad o porque simplemente el nuevo hábito, no se instaló.
No se trata de que no tengamos hábitos incorporados; los tenemos. Lo que pasa es que esos hábitos que tenemos ya de manera inconsciente instalados en nuestra mente y cuerpo, no nos sirven para lograr nuestros propósitos. Esos viejos hábitos se instalaron simplemente a través de la repetición. Efectivamente, las investigaciones mas recientes indican que el tiempo que se requiere para instalar un nuevo habito en nosotros, es de 66 días. Sin embargo la tarea no es simple. Instalar un nueva conducta como hábito implica salir literalmente de nuestra zona de comodidad, salir de aquellos espacios en que nos sentimos tranquilos y seguros. Aparece entonces una verdadera lucha entre nuestra “fuerza de voluntad” y la energía de nuestros cerebro reptil que literalmente nos “jala” hacia lo conocido y lo cómodo. Los primeros días son dolorosos, nos molesta y nos es incómodo y es ahí donde normalmente, “tiramos la toalla”. Sin embargo, si fuésemos capaces de sobrellevar aquellos 66 días de verdadera tortura, habremos domado al león que duerme en nosotros y que nos cuida de “los depredadores que habitan fuera de nuestra zona de comodidad”. Al cabo de ese período, habremos instalado un nuevo hábito que lentamente, reemplazara a los antiguos y ya será parte de nuestras rutinas.
La mismas investigaciones indican que, para lograr Maestría en cualquier área de la vida, se necesitan al menos 10.000 horas de repetición de una practica, lo que equivale a mantener una rutina de aproximadamente 2 horas diarias por un periodo cercano a los 10 años. Esto ultimo nos hace pensar que para llegar a la Excelencia en algún área de la vida no se necesita tanto talento o inteligencia sino que mas bien trabajo persistente y disciplinado.
Últimos cupos para nuestro “EPM Mastery” ( Maestría ), a realizarse en Santiago los días 22, 23 y 24 de Enero de 2015. Informaciones en www.personasextraordinarias.com