Este 14 de febrero será un día común y corriente para muchos, pero más que especial para otros. Pero, tal vez, quienes quieran celebrarlo con bombos y platillos con su pareja, o lanzarse a cometer esa locura para demostrar su amor -o recuperarlo-, podrían aprovechar la fecha para reflexionar: ¿es muy arriesgado lo que quiero hacer?; ¿de verdad estoy enamorada?; lo que pretendo hacer, ¿es una locura de tomo y lomo o me la estoy jugando porque, como dice el dicho, «en la guerra y en el amor todo vale»?
«En general, una locura de amor, o por amor, es cuando se hace algo que para todos está fuera de lo que se considera normal. Pero a veces, para las personas que realizan estos actos, no los consideran una locura, sino simplemente una humorada o algo que les permite reafirmar sus sentimientos ante el otro», asegura la psicóloga de Clínica Vespucio, Jessica Piña.
Pero irse a un extremo, realizar grandes locuras, podría ser perjudicial para los propios sentimientos. «Todo lo que se hace en nombre del amor, está bien, siempre que ese acto no dañe a nadie. El límite está siempre puesto en reforzar lo importante de la relación, demostrar lo que se quiere, pero se debe tener cuidado con humillarse o con hacerse daño a uno mismo o a la persona que se quiere», explica la psicóloga.
Te quiero, no te quiero, me apego o soy libre
En general, a cualquiera le gustaría poder celebrar este 14 de febrero estando enamorado/a. Algo provoca el amor, que quien lo siente parece estar radiante y feliz, por ende, es un buen sentimiento del que casi nadie quiere -ni puede- escapar.
Para saber si es efectivamente real el amor que sientes, la psicóloga de la Clínica Ciudad del Mar, Cecilia Arancibia, entregó varias pautas que revelan el comportamiento del amor romántico, aquel que, a diferencia del simple afecto, provoca una serie de patrones de conducta en un ser enamorado.
Según Arancibia, alguien enamorado está siempre sonriendo, piensa en la otra persona a cada momento, la echa de menos, se pone celoso, a veces, por cosas sin motivo y hasta fantasea con cosas como los hijos que podrían llegar a tener.
Asimismo, la psicóloga recalca que alguien enamorado parece estar cegado ante los aspectos positivos que podría tener otra persona que no sea su pareja, tal vez idealizándola, tal vez no. Lo importante es disfrutar ese sentimiento y de que alguien sienta lo mismo por ti.
«El verdadero amor surge del más completo desapego», opina, por su parte, el coach Óscar Cáceres.
«Yo amo sin condiciones y lo que realmente me importa es la felicidad del otro. Yo amo, a propósito de la existencia del otro. Acompaño, disfruto de su presencia pero tengo claro que no estoy en este mundo para cumplir con sus expectativas y la otra persona, con las mías», explica, agregando que amar con desapego significa «con la consciencia de que el otro no es de mi propiedad».
«Cuando esto no ocurre, quizás es más sano estar solo», señala, reflexionando que este 14 de febrero, tal vez, sea mejor brindar por la paz interior de cada uno y por el profundo amor propio que se tiene, «agradeciendo no estar atado a la ilusión del enamoramiento o a la cárcel del apego. Libre como un verdadero homenaje al amor», concluye.
Fuente: El Mercurio