Has sentido alguna vez la sensación de tener que dejar de hacer algo relevante para asistir a una de aquellas “reuniones de los lunes”. La sensación de desagrado se acrecenta cuando nos damos cuenta de lo improductivo de la reunión y las constantes pérdidas de foco por parte de las personas que asisten.
Lo que suele ocurrir es que instauramos, sin darnos cuenta, el hábito de reunirnos sin importar si estas sesiones son productivas o no. Comenzamos sin saberlo, a dar más importancia al hecho de realizar la reunión que a la efectividad de estas actividades y, como bien sabemos, una reunión improductiva de una hora a la cual asisten 7 personas, no es una hora perdida, son siete horas perdidas.
Con el propósito de darnos cuenta cuándo estamos en presencia de este verdadero “síndrome de la reunión como propósito”, siempre es útil prestar atención a las siguientes preguntas:
– ¿Cuál es el tipo de reunión a la que estoy asistiendo?
- Reunión de accountability
- Reunión de estrategia
- Reunión de coordinación de acciones
- Reunión para abrir posibilidades
– ¿El propósito de la reunión es conocido por todos?
– ¿Es necesario que esté presente en la reunión?
– ¿Cuál será mi aporte en esta reunión?
– ¿Qué tan dispuesto estoy a involucrarme en esta reunión?
Y recuerde que, lo productivo de una reunión tiene que ver con que el costo de reunirse sea menor que la rentabilidad de esta.